La familia, la escuela y la sociedad son entes directamente responsables de que se produzcan cambios que conducirán al niño y al adolescente a integrarse en la sociedad en condiciones adecuadas y paralelamente al buscar su constante superación, los llevarán hacia su realización personal. El ente con mayor responsabilidad de óptimo desarrollo de los niños y niñas es la escuela a través de la educación, por lo tanto la educación debe comprometerse a velar por el desarrollo integral equilibrado del niño y niña ayudándolo en su formación, a la vez que lo forma para enfrentarse a un mundo en permanente cambio y transformación.
Dentro de este contexto, surge una nueva manera de enfocar el desarrollo integral del niño y niña, partiendo de la educación corporal o psicomotricidad: la persona y el movimiento se relaciona e interinfluencian en una dialéctica permanente, propiciando el desarrollo total y equilibrado del niño niña en sus dimensiones motriz, afectiva, cognitiva, y relacional.
La etapa más importante para comenzar a desarrollar el aspecto psicomotor del niño o niña es sus primeros años de vida, ya que es aquí cuando comienzan a aparecer los rasgos de la personalidad , así como progresivamente aparecen sus habilidades motoras. Por lo que resulta obvio que las personas que atienden a los niños y niñas en edad preescolar deben conocer y manejar acertadamente todo lo concerniente a actividades para su desarrollo motor.
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